PEQUEÑA CONFESIÓN



Hace unos minutos recibí un mensaje de una amiga que también se convirtió en mamá recientemente, donde comentaba lo siguiente: "se me hace increíble cómo puede uno enamorarse de un humano tan pequeñito".

Después de leer ese mensaje, escuché el llanto de mi bebé que estaba medio dormido y pedía comida. Fui a la recámara, lo pegué a mi pecho en la oscuridad y se puso a comer. Entre dormido y despierto comenzó a toser porque se andaba ahogando con la leche (nada alarmante, de repente pasa). Lo senté y se calmó, ahí quedó todo. Lo volví a acunar entre mis brazos y cayó dormido en un segundo. 

No lo quise dejar en su cuna de inmediato, no quería soltarlo todavía, quería sentirlo seguro conmigo. Ahí en medio de la oscuridad me puse a contemplar la carita de mi bebé y me quedé pensando lo mismo que dijo mi amiga. Miraba esa carita y sólo pensaba: cuánto amo a este chamaco! que preciosura de huerquillo hicimos mi marido y yo! (todos los días pienso lo mismo).

Bueno, mi confesión es que ya tenía listo un post para ustedes para iniciar la semana, quería compartirles un pequeño proyecto que hice en casa y una pequeña actividad que le puse a Leo para que quizás pudieran hacerla con sus bebés también (ya tengo las fotos del proceso y demás). Quiero compartirles mis experiencias y también cosas que puedan ser útiles para ustedes. También quiero sacar mi lado agrio! Pero este hijo mío hace relucir más lo nuevo dulce que hay en mí.

Pero, gracias a todo lo que les acabo de contar me puse a escribir otra cosa que les compartiré en el siguiente post. 

Esto es gracias a mi hijo...


PD. Mañana sin falta publico mi pequeño proyecto.

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