LO QUE LE DIRÍA A MI "YO EMBARAZADA"

Recuerdo perfectamente una noche, pocas semanas antes de que mi hijo naciera, hablé por teléfono con una prima y platicábamos sobre lo que ya tenía listo de mi maleta del hospital y los pendientes que faltaban para la llegada de mi bebé. 

Yo estaba nerviosa por el parto. No podía ver más allá de ese momento.

Mi prima me preguntó: qué es lo que te tiene tan nerviosa? Mi respuesta fue decir que tenía miedo a lo desconocido, pues nunca había presenciado un parto y menos había sido parte activa en él; así que estaba un tanto nerviosa por como fuera a pasar todo.

Pensando en lo que he vivido hasta hoy, me gustaría volver a esa noche en particular y decirle a la Rebecca embarazada lo siguiente:

- Las contracciones duelen, mucho. Sentirás el mayor dolor de tu vida pero sobrevivirás, sacarás fuerza de donde no sabías que la tenías y podrás hacerlo. Pero te digo algo más? El parto es la parte fácil; sé que todo mundo dice eso, pero créeme, tener a tu bebé contigo es cuando comienza verdaderamente lo interesante.

- La lactancia materna es muy dura. No es simplemente pegarte el bebé a tu pecho. A veces las cosas se complican. Infórmate bien al respecto y pide ayuda.

- No te sientas culpable si no te enamoras de tu hijo en el primer instante en que lo veas. Te aseguro que conforme vayan pasando los días sentirás un amor tan grande que será una bella sorpresa. 

- Vas a llorar mucho. Llorarás con la enfermera que te da de alta en el hospital, querrás llorar en el consultorio del pediatra y llorarás en la regadera mientras te bañas. Es normal y no debes sentirte tampoco culpable o avergonzada por eso.

- No podrás dormir boca abajo de inmediato. Sé que lo extrañas mucho, pero al principio estarás un poco rara de tu vientre y te sentirás más segura estando de lado. Además, tus pechos llenos de leche también lo impedirán. Pero eventualmente sucederá, podrás dormir boca abajo con una sonrisa.

- No sigas comprando tantos mamelucos con gorrito. Resultan muy estorbosos al acostar al bebé y preferirás no ponérselos.

- Pasarás tus sábados por la noche con tu bebé dormido en tus brazos mientras lo arrullas en la mecedora. Aunque ahorita no lo creas, te sentirás contenta de estar así.

- Lo harás muy bien. Sé que tu principal miedo es saber si lograrás mantener con vida a otro ser humano, lo lograrás! Sin darte cuenta las cosas se irán dando por sí solas, es increíble cómo descubres que existe el tan famoso instinto materno. Confía en ti.