VIVIENDO EL PRESENTE



El viernes pasado fuimos con Leo al baseball por primera vez, fuimos a ver al equipo local.
En mi mente yo iba con la imagen de mi comiéndome un hot dog con papas, unos panecitos con Nutella que venden en el estadio y que no he probado desde que estaba embarazada y mi vasito de cerveza. Obviamente esa imagen fue un poquito diferente a la realidad. El juego comenzaba a las 7:00 pm, desde ahí debí sospechar que iba a ser incómodo para Leo pues él comienza a mostrar signos de sueño desde las 6:00 pm. Pero bueno, mi marido y yo nos aventuramos por única vez a esa hora al juego porque a todos nos hacía falta salir un ratito de la casa.

Llevé a Leo con un onesie que parece uniforme de baseball y mi esposo iba contento de poder compartir ese momento con su hijo, aunque sólo es un bebé era su primera vez en un estadio (mi esposo es fanático de los deportes, así que esto era un buen recuerdo para todos).

Leo estuvo sonriendo y viendo para todos lados, pero en un ratito mi pobre bebé comenzó a moverse mucho y soltó el llanto con sentimiento. La comida que imaginé, fue sólo un hot dog comido a las carreras con las papas que alcancé a agarrar y todo eso me lo pasé con pura saliva porque la cerveza nunca llegó jaja. En cuanto terminé de comer me llevé a Leo para tratar de calmarlo. Que por cierto, en el camino nos encontramos a la mascota del equipo y se paró un minuto para saludar a mi hijo quien se quedó atento a tremendo muñeco e intentó agarrarlo. Una muchacha muy amable nos tomó video y se acercó a mí para enviármelo a mi celular, amé a la mujer!
Nos fuimos a cambiarle el pañal, a lo cual lloró aún más fuerte y estoy casi segura que entró una señora de limpieza al baño para ver qué le estaban haciendo al pobre niño en el baño. Ya con el pañal limpio nos salimos del baño y me senté en una banquita para darle de comer a Leo y tratar de dormirlo. 

Obviamente no se durmió mi amado hijo, así que me puse a pasearlo en su carreola por el estadio. En mi camino me encontré con otra mamá paseando igual a su bebé, volteó y me dijo que estaba intentando calmarlo, me sonreí y le dije que yo hacía lo mismo. Me gusta mucho cuando te topas con otra mamá que con la mirada te dice que ella te entiende y por ese momento comparten el mismo sentimiento.

Pero bueno, me desvié mucho del objetivo del post, sólo quería contarles cómo nos había ido de inicio.

Al final del juego hubo fuegos artificiales, ese era el otro motivo por el que queríamos estar ahí con Leo. Mi hijo no se durmió, aguantó como los valientes hasta el final. De verdad que nunca salimos en las tardes, por eso le agradecí infinitamente a mi hijo que aún se sonreía con nosotros.

Cuando comenzaron los fuegos artificiales yo saqué el celular y lo primero que hice fue entrar a Instagram para ponerlo en mis historias, para que quedara grabada la reacción de mi bebé. Yo seguía con el celular hasta que mi esposo me dijo: ponte a ver! Y con esa frase capté que me estaba perdiendo el presente por estar viendo todo a través de una pantalla.

Muchas veces me distraigo con el celular. Por la distancia con mis familiares lo uso como medio para compartir noticias de nosotros con los que están lejos, pero debo aceptar que a veces lo hago más de lo que debería. 

Así que en ese momento guardé mi celular y me puse a ver al cielo. Pero al final me quedé embobada viendo la cara de mi bebé, él estaba atento a las luces, no lloró ni se asustó, él si estaba viviendo el momento nada más, así que hice lo mismo. Fue su primera vez viendo fuegos artificiales.

Cuántas veces me distraigo con el teléfono y puedo dejar pasar momentos como éste? 

Esa noche mi esposo tenía en brazos a Leo, así que me acerqué a ellos para abrazar con una mano a mi esposo y con la otra agarré a mi bebé. Así nos quedamos juntitos los tres abrazados viendo los fuegos artificiales.

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