Hoy cumplo 4 meses de ser mamá

Las cosas raramente van a suceder como uno las planea. Esto es algo que aprendí en este mes, tu bebé te cambia la rutina cuando él lo desee. Tenemos días en los que logro que Leo duerma dos siestas al día, jugamos, come y todo fluye tranquilo. Esos días son engañosos, te hacen pensar: "por fin! Tenemos una rutina que me permitirá planearme un poco mejor! Ya las cosas serán más normales". Oh error, la "normalidad" no volverá a ser la de antes, nunca! Admito que eso me sigue costando asimilarlo al 100; es obvio que no espero tener mi vida como antes de ser mamá, pero creo ilusamente que los días "buenos" de Leo serán la regla y eso no es cierto, un día irá todo tranquilo, pero al siguiente mi hijo decide que no quiere dormir siesta durante el día y eso me deja con un bebé de mal humor que me necesita pegada a él. Este mes aprendí que uno propone y tu bebé dispone.


En este mes pasé a otro nivel en la confianza con mi hijo: las veces que no logro que Leo se quede dormido durante el día he tenido que hacer uso de los recursos que hay disponibles para poder meterme a bañar, dejo a Leo sentadito en su sillita vibradora justo en la entrada del baño (con la puerta abierta), así mientras me baño rápidamente, le estoy gritando desde la regadera que ya mero salgo y que sigo ahí con él. Pero hay otro nivel más, el de estar sentada en el excusado mientras Leo está afuerita del baño en su carreola, obviamente también con la puerta abierta. Tengo que hacer esto para evitar un llanto desconsolado, estar los dos en paz y que mi vejiga no sufra daños irreparables.

Aprendí que las mamás nos las tenemos que ingeniar para hacer que las cosas resulten. Hace unos días Leo necesitó nebulizarse un par de veces pues traía pocas flemitas, nada grave, el caso es que al nebulizarlo estuvo muy inquieto, moviéndose exageradamente y quitándose la mascarilla con las manitas. Ya estaba temblándome el párpado por mi desesperación cuando pensé: momento! Eres la mamá y el adulto, tienes que hacer que se tranquilice. Corte A: Leo sentado en mis piernas, cual delincuente a punto de ser esposado, ambos brazos extendidos hacia los lados con mis brazos encima de los de él para inmovilizarlo y con cara de resignado mientras era nebulizado. Tranquilos, no lo apreté ni le doblé los brazos hacia atrás, solo los detuve. Me calmé yo primero y logré que él también lo hiciera.

Eso me dejó otra lección este mes, contar hasta 10, respirar profundamente o simplemente recordar que es un bebé, lo que sea que me funcione para mantener la calma en momentos en que mi hijo pone a prueba mi paciencia. Y estos momentos se presentan cada vez más seguido.

Aprendí que no debo sentirme una experta tan pronto. Apenas hace unos días le estaba cortando las uñas de las manos a Leo, ya me sentía tranquila haciéndolo; estábamos riéndonos los dos y yo platicándole, por confiarme en lugar de cortar una uña le di un pellizco en uno de sus deditos. En cuanto lo sentí volteé a ver la mano, no había sangre, solo fue un pellizco, inmediatamente busqué su carita para saber cómo estaba, vi como poco a poco se iba formando un puchero en su boquita para continuar con un llanto desquiciado. Hice payasada y media para calmarlo y logré distraerlo, así que paró de llorar pronto; pero de ahí siguió mi trauma: le hice un morete! Le dejé sangre acumulada por dentro!! Le hice una herida que le provocará un daño terrible en su pequeño dedito y lo va a perder, muerte!!!!! Sí, eso pensé, lo admito, un segundo de histeria pasó por mi cabeza y supuse que por mi culpa mi bebé perdería uno de sus deditos. Eso obviamente no pasó, y con esto me queda la lección de que no debo hacer exceso de confianza, al menos por ahorita; me recordó que sigo siendo una mamá primeriza con miles de miedos y que dramatizo todo al 1000%.

Este mes aprendí también que los bebés crecen demasiado rápido, lo he notado en su ropita. Lo que hace dos semanas le quedaba flojito hoy le queda pegadito. Lo noto también en sus movimientos, cada vez es más complicado cambiarle el pañal y vestirlo, se mueve mucho y con sus manos jala la ropa o con sus pies se va empujando hacia arriba moviéndome el pañal que acabo de acomodarle. Ah pero si me tardo mucho en vestirlo llora de nuevo como desquiciado, quién te entiende hijo mío!!






Pero con estos cambios que me hacen batallar, también vienen otros cambios que me hacen zurrarme (perdonen la expresión). Las primeras carcajadas de Leo, que cosa más bonita! Si lo sé, yo emocionándome por ver a un bebé reír, como ha cambiado la vida. Pero es que no solo es tu bebé viéndote con su sonrisa, sino que emite sonidos que indican que le está causando gracia lo que le estás diciendo para hacerlo reír, me explico? Es un bello sonido, me dejó embobada oyéndolo mientras se reía y a la vez nos contagiaba a Felipe y a mí, ni siquiera sentí la necesidad de grabarlo, no quería perder tiempo en eso, solo me quedé ahí con mis dos hombres riéndome también.

Segunda zurrada: Leo estaba a punto de caerse dormido mientras lo arrullaba en la mecedora, acurrucado en mis brazos, le susurré: buenas noches mi bebé, te amo.. y que hizo el pequeño regordete? Me sonrió mientras tenía sus ojos cerrados, uf!!! Zurrada número dos.
Pero no todo es color de rosa, en otra ocasión estaba dándole pecho, el estaba muy concentrado en lo suyo y volví a decirle cariñitos, que hizo en esta ocasión mi amado primogénito? Alzó su pequeña manita y la puso en mi boca para taparla y hacerme callar, o sea: favor de no molestar que estoy comiendo! Con esto aprendí que a mi bebé no le gusta que lo molesten mientras come.

Esto me deja de lección en este cuarto mes que ser mamá te da momentos de ternura (a pesar de que yo no soy una persona tierna), pero también hay momentos de cosas chuscas en los que ya es mejor reírse.

Hablando de cosas chuscas, es mi hijo solamente o a los bebés no les gusta que les toquen el cuello? Es una batalla campal para tratar de limpiárselo, Leo actúa como si tratara de ahorcarlo, pero ya le explique mil veces que me está costando mucho esfuerzo mantenerlo vivo como para tratar de matarlo.

Aprendí que soy mamá cuervo, o todas lo seremos? Hace unas semanas hablé por messenger con mi mejor amiga, Leo se despertó y fui a levantarlo y se lo puse en pantalla a mi amiga para que lo viera; él venía todo amodorrado y sin saber bien donde estaba, pero aún así le dio una pequeña sonrisita a ella. Me sentí como pavo real! Mi hijo no fue sangrón y se vio bello sonriendo! Jajaja se que exagero, pero al estar lejos de nuestra gente no tenemos ninguna visita aquí, así que ésta fue la primera vez que sentí que pude presumir a mi hijo.

Aprendí que una mamá necesita tiempo fuera, ratos de paz sola. Así que aunque sea algo ilógico, pues al final del día estoy muy cansada, a veces en las noches me quedo viendo una serie pues necesito ese tiempo a solas. Pero eso me deja con una contradicción, en esos ratos para "mí" termino viendo las fotos de Leo que tomé en el día o comprando en línea en Carters. Quién me entiende!

Una cosa muy importante que aprendí también, tu hijo hará las cosas a su tiempo. He estado viendo en Pinterest ideas para dar estimulación temprana a Leo, ya hasta le compramos globos con helio que le pongo en sus pies para que haga movimientos con sus piernitas, entre otros ejercicios que hacemos. Pero me he dado cuenta que a veces quiero ayudarlo a hacer algo y el solito me quita o no se deja agarrar como diciéndome: momento mamá! Todavía no estoy listo para eso. Me quedó más que claro, el mes pasado yo insistía en que agarrara los juguetes con sus manitas, pero él lo hacía poco o casi nada; justo el día que cumplió tres meses agarró con sus dos manitas su sonaja y se la llevó a la boca. El decidió que ya era tiempo y yo aprendí a dejarlo ser, y así seguiré haciéndolo durante toda su vida.

Y algo todavía más importante, tus hijos ven lo qué haces, notan cuando no les prestas atención, aún así tan chiquito Leo se da cuenta que me distraigo. Me ha pasado un par de veces que mientras el está con sus globos yo aprovecho un minuto para ver el celular, cuando se da cuenta él deja de moverse mucho y se me queda viendo como esperando; cuando me doy cuenta de que tengo que dejar el celular y vuelvo a cantarle y verlo directamente a su cara, él retoma su juego y comienza a moverse de nuevo. Mi hijo se da cuenta de que estoy ahí con él, a pesar de sólo tener 4 meses, se da cuenta de que le presto atención.

Aprendí también que no importa si un bebé tiene poco pelo, las trasquiladas también se notan jajaja. Eso me pasa por querer dármela de estilista.

No se tampoco porqué entre las mamás se dice mucho que lo mejor es el café o una copa de vino, para mi en este momento lo que hace brillar mis ojos es una caja llena de donas de chocolate.

Todavía tengo momentos de desesperación en los que Leo y yo lloramos juntos, en los que le digo a mi mamá que le mandaré a mi hijo por paquetería, en los que admito que no me agrada mucho mi hijo pues me da manotazos y se retuerce en mis brazos porque no quiere que me quede sentada, o en los que en cuanto llega mi esposo del trabajo le digo: toma a tu hijo!

Todavía duermo mal pues despierto cada 2 o 3 horas para alimentar a Leo, me siento cansada y pido esquina; pero también me río muchísimo junto a mi bebé cuando él pega gritos de emoción, me pone de buenas al ver que en cuanto mira mi cara al despertar lo primero que hace es sonreírme, o hasta en dos ocasiones me sentí feliz de tenerlo en mis brazos feliz y sano, sentí que lo quiero tanto que hasta me dieron ganas de llorar, esto es normal o me estoy volviendo loca?
Y también ya espero con ansias todo lo nuevo que Leo me hará vivir junto con él.

Todavía me falta mucho por aprender, apenas llevo 4 meses de ser mamá.

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