¿CÓMO SABER SI SOBREPROTEJO A MI HIJO?

La idea de este post me la dio una mamá seguidora que fue mi compañera de la escuela. Ella me comentaba que sentía que ha protegido mucho a su hija y que no le ha permitido correr riesgos; con esto, piensa que ocasionó que su niña no estuviera preparada para reaccionar ante diferentes situaciones.

Bueno, realmente esa es una duda que he tenido todos estos meses, es una duda que tengo a diario, ¿cuánto debo proteger a mi hijo y cuánto debo mantenerme un tanto alejada para que él sólo descubra las cosas?

A veces siento que me relajo demasiado y dejo que mi bebé aprenda las cosas un poco "a la mala", por así decirlo. Por ejemplo, ahora que Leo comenzó a gatear, dejo que explore solo y que mire las cosas por sí mismo, obviamente con mi supervisión y estando en el mismo lugar que él. Descubrió cómo abrir los cajones de mi cómoda y al mismo tiempo aprendió que se puede machucar los dedos con ellos, fueron 2 machucones y 2 llantos; después de eso ya no les presta tanta atención. ¿Me excedí un poco o mucho? no lo sé, de todas formas voy a poner seguros para los cajones (ahí los tengo así que debo aprovecharlos). Pero también debo aceptar que al final esto sirvió para que mi hijo aprendiera por sí solo que debía que tener cuidado con los cajones del mal.

Esta foto en particular es de la semana pasada cuando acompañamos a mi esposo a que jugara volleyball playero dentro de un lugar cerrado, pues ya hace frío por acá. Ahí mismo tienen una caja de arena gigante con juguetes para que los niños puedan jugar. Era la primera vez que Leo conocía la arena y en cuanto la sintió puso cara de que no le agradó mucho.

Le quité los calcetines para que pudiera sentirla y ahí le cambió la carita y comenzó a gatear por todos lados. Seguía a los niños mayores para ver qué hacían, agarraba los juguetes que estaban tirados y yo tenía que estar quitándoselos de la boca. Me volteé por un segundo después de quitarle algo de la boca y en ese preciso momento una niña golpeó accidentalmente a Leo en su cara con una pelota de plástico gigante. La niña puso cara de pánico y no dejaba de decirme que lo sentía mucho, yo alcancé a ver el trancazo y vi perfectamente que no había estado duro, Leo no lloró, sólo rebotó un poquito pero todo estaba bien. Me sentí rara que de verdad no me preocupé demasiado porque vi que no era algo grave.

Llegó un punto en que mi hijo tenía sueño y recostó su cabeza en la arena, por eso en la foto parece que tiene canas en su cabello. Cuando estábamos a punto de irnos vi que Leo traía manchada la boca con algo, parecía chocolate y me quedé pensando, ¿cuándo le di chocolate? momento! mi hijo aún no prueba el chocolate, eso es otra cosa! En sus manitas traía un poquito de arena y al meterlas a su boca se formó esa sustancia cafesosa y chocolatosa.

Le limpie las manos de inmediato, pero ya había pasado todo, la arena había entrado a mi bebé. Decidí no preocuparme demasiado por eso tampoco, pues ya no podía hacer otra cosa más que estar al pendiente en la próxima ocasión.

Así que volviendo a mi compañera de escuela, ella me comentó todos los cuidados que había tenido a lo largo de la vida de su niña, justo el día que mi hijo comió arena y fue golpeado por una pelota. No pude evitar sentirme súper descuidada y preguntarme si debo protegerlo más en situaciones como estas.

O por el contrario, a veces siento que lo protejo de más, como en las ocasiones que mi mamá me ha preguntado si le puede dar a probar comida que tiene algo de sal e inmediatamente le digo: no, eso es prohibidísimo! y me pongo algo intensa al respecto.

Se que hay peligros de los que debo estar muy atenta, como tapar las entradas de electricidad, ya no dejarlo solo arriba de la cama, cuidar que no haya objetos peligrosos a su alcance, etcétera, pero esas son circunstancias obvias. Pero para lo que no es obvio, ¿cómo debo actuar?.

Supongo que esta duda me acompañará el resto de mi vida en las diferentes etapas por las que pase mi hijo, ya que irán cambiando los peligros a los que se enfrentará. 

Algunas podrán considerar mis acciones algo descuidadas u otras sobreprotectoras. Pero aún tengo la duda de cómo podré saber si estoy sobreprotegiendo a mi hijo.

Ustedes, ¿cómo han logrado encontrar un balance en este tema?