HOY CUMPLO 1 AÑO DE SER MAMÁ




Llevaba días pensando sobre lo que quería escribir para recordar esta fecha. Cada mes me dediqué a plasmar lo que fui aprendiendo en cada etapa de mi bebé, lo preparaba todo para tener esa memoria lista el mismo día en que mi hijo cumplía meses. 

Pero en esta ocasión se me fue el tiempo, hoy es un día después de su cumpleaños y apenas estoy escribiendo. Tampoco tomé la clásica foto mensual junto con él; mi hijo no tuvo humor de fotos durante su día especial.

Creo que es algo que olvido normalmente y mi hijo me lo recuerda todo el tiempo: las cosas no sucederán siempre como una las planea, sólo hay que vivir el momento. Esa es la lección constante que he aprendido este año, nada está en mis manos, salvo dar lo mejor que tengo para la felicidad y bienestar de mi hijo, pero sobre todo disfrutar cada momento con él.

Son las 5:00 am, me desperté a darle de comer y se quedó dormido en 5 minutos. Hace 1 año el alimentarlo en la madrugada era muy pesado, tomas de hasta 6 horas, cansancio infinito y sentir que casi no tenía fuerzas para seguir. Pero ahorita todo se ha ido aligerando un poco. 

Miro a mi hijo dormido y me quedo así nada más, me da un golpe de realidad: mi bebé está creciendo. Hace unos días miré en la calle a un bebé de 1 mes de nacido, era tan pequeñito, una cabeza y cuerpo tan chicos y delicados, sólo había llanto por hambre y nada más.

No puedo evitar preguntarme, mi bebé era de ese tamaño también? Porque me parece imposible que él haya estado así y ahora sea una personita con un tamaño mucho mayor, pero no sólo eso, una persona que se está formando, que ya interactúa conmigo, que hace más que sólo pedir mi pecho.

En qué momento se hizo grande tan rápido? Sigue siendo un bebé o ya es más un niño? Así de rápido se va a pasar su vida junto a mí?

Cuando recién nació mucha gente me decía que extrañaría esos días con él, pero francamente no los extraño ni los extrañaré, los primeros días son tan pesados. Pero creo que todo mundo debería ser más específico al decir lo que extrañaremos, cuando te dicen eso no se refieren a los días con un recién nacido, se refieren a esos días con tu bebé cuando ya pasó la tormenta inicial, a esos días en que aún los puedes arrullar en tus brazos y se te quedan viendo con unos ojos de amor infinito, a esos días en que te siguen como patitos mientras gatean atrás de tí, a cuando lloran y alzan los brazos para que los cargues y reconfortes, a los días en que un abrazo es la solución para todos los problemas.

De eso me di cuenta ahorita, eso es realmente lo que la gente dice que vas a extrañar, pero no te lo dicen claramente y no lo entiendes hasta que lo vives.

Mi hijo ya comienza a veces a empujarme mientras lo abrazo, quiere ir a gatear y a buscar más peligros por la casa para hacer mi vida más interesante. Pero yo lo abrazo con fuerza, sé que no se le debe obligar a un niño a un abrazo, pero le digo que soy su mamá y soy la única que puede hacerlo (y papá obviamente) porque los dos lidiamos uno con el otro durante el día, yo limpio su trasero así que debe permitirme un abrazo más largo antes de que el se vaya a explorar y seguir creciendo. Quiero permitirme esos momentos por el mayor tiempo posible.

Hace unos minutos fue la primera vez que tuve un pensamiento muy real, el desear que se quede así de pequeñito por siempre. Pero una nueva lección en este último mes es el darme cuenta de que eso no será posible.

Esta fecha también marcó el nacimiento de una mamá, para mi también fue un año de muchas primeras cosas, fui de la mano de mi hijo aprendiendo junto con él.

Me doy cuenta de todo lo que hemos pasado, me doy cuenta de que casi no he dormido en 1 año, de que aún sigo sintiendo que no sé que estoy haciendo y de preguntarme: cómo es que a mí se me dio un bebé? 
Y cuando siento que por fin comienzo a controlar un poco esto de la maternidad (al menos en mi cabeza) pronto comenzarán a cambiar las cosas otra vez.

Pero lo que más me ha sorprendido es que me doy cuenta que cada día quiero más y más a esa personita. Sí, a ese que llora y grita porque no lo dejo chupar el control remoto, al que me golpea el pecho mientras lo alimento, al que me hace sudar y enojar cuando no me deja cambiarle el pañal; sí a ese mismo niño terco y a veces un tanto cretino lo amo cada día más, suena a cliché pero cada vez que me sonríe siento mi pecho lleno, siento felicidad pura.

Junto con él aprendí que a diario se puede reír de verdad, no como antes que podía pasar días sin soltar una verdadera carcajada porque estaba inmersa en la rutina y estrés diario y sólo veía eso, hoy sigo en esa misma rutina y estrés pero él me muestra que aún cuando hay días en que siento que me voy a rendir, también hay espacio para una risa de verdad, una que te alegra y levanta el espíritu.

Gracias a mi hijo por este primer año de aprendizaje, por enseñarme que lo único constante será el cambio, por mostrarme que nunca es demasiado amor, por poner a prueba mis límites, por reflejar lo mejor y a veces lo peor de mí, gracias por enseñarme el camino.

Aún me falta mucho por aprender, apenas llevo 1 año de ser mamá.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hace 1 año me enteré de que sería mamá

Me convertí en la mamá del bebé que llora en un restaurant