¿Y CÓMO ENSEÑO A MI HIJO A MANEJAR SUS EMOCIONES SI A VECES NI SÉ COMO HACERLO YO MISMA?



Esta pregunta me la hizo una de ustedes y me dejó pensando bastante, creo que es una pregunta que me hago cada vez que mi cría hace un berrinche o se retuerce histérico y no me deja cambiarlo.

En cada episodio trato de conservar la calma y tener el tono de voz más amable y amoroso que puedo. Pero caray! que difícil es.

Muchas veces tengo un diálogo interno imaginario, donde mi cría puede responderme y hacerme entender:

(Cría haciendo berrinche)
- Yo: ¿por qué lloras?
- Cría: porque sí
- Yo: ¿pero qué no ves que quiero ayudarte a cambiar tu pañal para que no te roces y andes cómodo?
- Cría: no me importa! no quiero que me acuestes!
- Yo: ¿pero por qué no?
- Cría: porque no.

Ok, hasta en mi mente el diálogo imaginario con mi hijo no llega a mucho. Mi frustración me hace toparme con pared y pensar: este niño está siendo todo un cretino!

Y ahí en ese momento, cuando pienso que mi hijo es un cretino con su madre y comienzo a sentirme molesta es cuando me pregunto, ¿cómo voy a enseñar a mi hijo a manejar sus frustraciones de una mejor manera si a mí también se me dificulta?

Trato de recordarme que es muy pequeño aún, que no sabe hablar y la única manera que tiene para darme a entender su sentir es por medio de llantos y gritos. Pero, caray! que difícil es.

A veces son cosas que puedo entender fácilmente, como el que tiene hambre o sueño, pero otras son porque no lo dejo chupar el control remoto o porque quiere jalar el cable de una lámpara. Ahí es cuando comienzo a tener una mini explosión interna y siento que pierdo el control.

Creo en criar a mi hijo de una manera positiva y todo eso, acabo de aprender un poco sobre el tema, pero por dentro estoy que me lleva la que me trajo.

¿Y por qué les digo todo esto? Es un hecho que no tengo la respuesta a la pregunta que pongo en el título de este post.

A lo que quiero llegar es que me gustaría compartir mi sentir, para mostrar que todas las mamás tenemos esa locura diaria, nos sentimos perdidas muchas veces y nos queremos poner a llorar junto a nuestros hijos (algunas veces lo he hecho).

Podré platicarles y escribirles sobre consejos de crianza positiva, pero soy una mamá más, todas nos sentimos igual de confundidas. Y no por sentirnos así somos malas madres, sólo somos humanas.

Simplemente ayer vi los dos lados de la moneda: 

- En el mercado, después de pasar 2 horas con mi hijo, él al final se puso a gritar y llorar. Pude tomar todo con paciencia porque lo entendí, lo hice pasar mucho tiempo sentado en un carrito de mercado y estaba cansado y enfadado. No me frustré y pude ser la adulta de la situación y me puse a distraerlo y a hacerlo reír para alcanzar a pagar el mandado.

- En contraste con la madrugada, mi hijo se despertó y no quería volver a dormir. Le di de comer varias veces para ver si la cercanía a mi pecho lo relajaba y arrullaba, pero en cuanto caía en la cuna lloraba. Me acosté con él en mi cama y nada, estaba tirando patadas y por más que bostezaba no caía. No tenía malestar físico aparente y se miraba bien, sólo no se dormía. Ahí es cuando más me cuesta manejar mis emociones, me frustro muchísimo y me uno a él a la frustración de media noche. Se supone que mi turno laboral debió acabar pero esto dura 24/7 y eso me hace desesperar.

Creo que esto será un aprendizaje diario, a veces lo lograré fácilmente y otras me costará más trabajo. 

Sólo quiero decirte que no estás sola, creo que esta pregunta nos la hacemos todas a diario y damos lo mejor que podemos.

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