¿POR QUÉ LLEGA TARDE UNA MAMÁ?



No puedo generalizar y hacer la pregunta en general: ¿por qué todas las mamás llegan tarde? Hay muchas mamás que son muy puntuales y las admiro y envidio por eso.

Pero habemos otro grupo que por más que nos apuremos y pongamos alarmas el llegar a tiempo a un lugar junto a nuestras crías se convierte en todo un reto.

Vamos a comenzar:

Si la mamá tiene que salir con su hijo (o hijos) temprano, todo comienza obviamente desde la mañana. Despiertas y sacas a tu bebé de la cuna, le das su leche y después cambias su pañal.

Lo dejas con sus juguetes para preparar los desayunos de ambos (si es que tu cría ya come algo más que leche). Comen juntos mientras das bocados a prisa para terminar lo más pronto posible, pero tu bebé juega más de lo normal con la comida y termina embarrado de pies a cabeza.

Terminan el desayuno y sólo cambias el pañal de tu hijo, le dejas la misma ropa porque sabes que lo inteligente es vestirlo antes de irse para así evitar que ensucie el outfit que con anterioridad planeaste ponerle; quizás estás algo emocionada por ponerle esa ropita nueva que tanto te gustó y no quieres que pasen accidentes.

Te metes a bañar cual rayo veloz mientras tu hijo se queda jugado en su lugar seguro o, para ser honesta, se queda viendo televisión desde su cuna porque es la única herramienta que lo mantendrá tranquilo entre tantas prisas.

Sales de bañarte y tratas de arreglarte lo más rápido posible. Si pretendes planchar o rizar tu cabello, más el maquillaje, es más que una odisea. Estás a las carreras pero quieres sentirte bien, así que comienzas a peinar tu cabello a prisa. Y cuidado con los bochornos! no que tengan que ver con la edad, pero entre la prisa y el calor de una secadora el sudor aparece.

No debemos olvidar que entre cada cepillada que das a tu cabello te das una vuelta para ver cómo está tu hijo o si lo tienes más cerca no paras de hablar con él y preguntar: ¿está todo bien?

Volteas a ver el reloj y piensas, ya es muy tarde! Y aún me falta arreglar al niño.

Cuando medio terminas contigo decides ir a vestir a tu hijo para avanzar de una vez, le cambias el pañal de nuevo mientras se retuerce y queja, haciendo que la tarea dure el doble de tiempo. Luego lo vistes y lo peinas. Al final queda muy bello (o bella) y te hace sonreír.

De nuevo te pide leche así que te sientas un momento, pero por dentro estás pensando: por favor apúrate hijo mío que se nos hace tarde!

Pero no puedes escapar a la ley de Murphy, tu hijo se queda dormido en tus brazos, no! Si es un compromiso que no es estrictamente oficial (como una visita al pediatra) lo dejas dormir tantito porque te pesa despertarlo. Piensas, nunca duerme mucho, despertará pronto.

En lo que duerme terminas los últimos detalles de tu maquillaje y comienzas a preparar la pañalera. Metes pañales, los cambios de ropa que consideres necesarios dependiendo del tiempo que saldrán (por si hay pañal explosivo, por si regresan tarde y te lo traes mejor en pijama), wipes, crema para rozaduras, colchoncito para acostarlo a cambiar, baberos, etc. etc. etc. 

Además, si tu hijo ya come más cosas llevas su agua con su vasito, que la frutita, que si el snack por si acaso.

Parece que todo está listo, justo cuando tu bebé despierta. Pero hay que revisar su pañal de nuevo y como aún está medio adormilado le das unos minutos más.

Le pones los zapatos en lo que vas y buscas el porta bebé. Si hace frío afuera, le pones su abrigo mientras trata de escaparse porque quiere jugar y comienza a renegar. 

Por fin lo sentarás en su silla para amarrarlo y dices: ¿y tu otro zapato donde quedó? lo encuentras y lo vuelves a poner, lo amarras y le pones su gorrito.

Piensas: ¿qué me falta, qué me falta? ah sí! la cobija para taparlo y su jirafa que le gusta llevar en el carro.

Corres rápido por lo último y sales a toda prisa al carro para emprender la huída.

Uff! nada más de leerlo me cansé. Terminamos un tanto estresadas por todo el ajetreo.

Y eso sin mencionar a las mamás que tienen más de un hijo, quizás se dividen entre un toddler y un bebé de pocos meses que demandan todo al mismo tiempo.

Cuando termina todo el proceso estás cansada y hasta piensas: ¿si tenemos que salir?

Así que si te toca esperar a una mamá, trata de ser comprensivo con ella y no le reclames su retraso, compréndela un poco y ten paciencia, ella hará hasta lo imposible por llegar a tiempo con un arreglo medio decente para ella y con su cría reluciente.

Cuando llegue ofrécele cargar al bebé por un rato porque sus brazos estarán medio temblorosos por todo el peso que lleva cargando.

Sólo dile hola! y no seas duro con ella, de verdad que te lo agradecerá y podrá dar un respiro.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Hace 1 año me enteré de que sería mamá

HOY CUMPLO 1 AÑO DE SER MAMÁ

Me convertí en la mamá del bebé que llora en un restaurant