EL TRABAJO MÁS GRATIFICANTE DE MI VIDA



Seguro les ha pasado, un momento cotidiano en su día, están en medio de la hora de comida o la del baño, así de la nada su hijo (a) se les queda viendo directo a los ojos con una sonrisa, casi pegados nariz con nariz, te mira con una felicidad absoluta, magia!

Ahí mismo te quedas pensando y te dices a tí misma que debiste hacer algo muy bueno para ganarte este momento, para ser tan afortunada.

Este es el trabajo más gratificante que he hecho, sin minimizar los demás trabajos del mundo, pero vaya! tengo una vida en mis manos.

Aunque no recibí ninguna capacitación inicial para dicho trabajo, de hecho recuerdo perfectamente que cuando mi hijo era apenas un recién nacido le decía mientras lo bañaba insegura o mientras trataba de acomodarlo a mi pecho para alimentarlo: "tú sabes más que yo de esto, guíame por favor".

Le ponía mucha carga al que apenas llevaba unos días de vida, pero en el fondo sentía que verdaderamente mi hijo sabía más que yo, que venía de un lugar que yo ya había olvidado y que su instinto era la principal dirección que debíamos seguir.

Hay otros días en los que me digo: ¿cómo se me fue a dar un bebé a mí? pobre de él que tiene que cuidarse de esta mujer, de que no le corte sin querer un pellejito de su dedo al cortarle las uñas o al golpearlo con una pelota directo en su frente porque calculé mal la trayectoria.

En el pasado me dije a mí misma que quería hacer algo significativo en mi vida, algo que hiciera una diferencia, algo para crear el bien. Creo que se me dio el día que nació mi hijo. Todos los que nos convertimos en madres y padres tenemos la oportunidad de hacer algo significativo, impactamos tremendamente la vida de una personita, tenemos ese honor.

Mis días pasan mientras esquivo Cheerios en el piso y me los como en el camino (todavía sirve, todavía sirve!). Mientras veo con sorpresa cómo alguien tan pequeñito puede hacer oler terrible un cuarto entero con su pañal. Mientras pego el grito de "no te tomes el agua de la tina!". Mientras le digo a mi hijo "¿tienes mil juguetes y prefieres morder tu tapete de foamy?. Mientras tengo duelo de miradas con un toddler para que no aviente su comida al piso.

¿Pero se acuerdan de la magia que les dije? Sin duda cada vez que mi hijo me mira con sus ojos grandes y no puede parar de reír es cuando reafirmo que tengo el trabajo más gratificante de mi vida.


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