LA IMPORTANCIA DE LAS FOTOS

Esta foto es de la pasada Navidad, cuando Leo y yo estuvimos casi 2 meses en casa de mis papás.

En cada fotografía que sacaba de ellos tres obtenía siempre una toma como esta, mi hijo sonriendo de oreja a oreja viendo feliz a sus abuelos, y ni se diga el tata y la nana que se sentían orgullosos y contentos de tener a su nieto con ellos. Cada foto mostraba una complicidad entre esos tres, como si tuvieran un chiste privado que sólo ellos conocían.

Bendita tecnología, que ahora al tomar la foto con mi iPhone grabo 15 segundos de video en cada foto si lo quiero; así que tengo guardado para siempre las risitas de ellos tres mientras yo les pedía que se quedaran quietos para la foto.

Mi hijo no recordará este momento, pero gracias a esta foto yo le platicaré de sus abuelos, de los días que pasó con ellos haciendo batallar a su abuelo porque insistía en tirar sus pelotas abajo de los sillones y el tata iba al rescate. De su nana que le enseñó a parar el dedo índice cuando le preguntaban cuántos años había cumplido y que cada tarde lo paseaba en el patio de la casa en su carreola.

Cada foto de la vida de tus hijos cuenta una historia, a veces se te podrá quedar algo olvidado, pero al ver esas imágenes volverá al instante lo vivido y sentirás un poco lo de aquellos días.

No sólo quiero acumular archivos y más archivos en mi laptop, quiero hacerlos tangibles, para que conforme mi hijo crezca, pueda ver a través de esas fotos y de mi voz lo que ha pasado en su vida.

Me llevará un tiempo imprimir tantos recuerdos, pero comenzaré con los favoritos.

Así que mamás, pónganse en las fotos con sus hijos aunque salgan despeinadas, pídanle a papá que las retrate y hagan un clic en su cámara cuando su hijo juegue con su papá.

Eso sí, habrá momentos que será mejor disfrutarlos y no detenerse a fotografiarlos, porque será mucho más valioso el vivirlos sin distracciones.

Pero en definitiva, estas fotos las atesoraré toda mi vida.