EXTRAÑO MI PANZA

Extraño esos días en los que fuimos uno, siempre íbamos a todos lados juntos.

Extraño protegerte como nunca más podré, porque era mi cuerpo en el que te resguardé.

Extraño sentirte en todo mi ser, en forma de pataditas que siempre amaré.

Extraño tu hipo que me hacía brincar, cada vez que bebía agua helada lo parecía provocar.

Extraño soñar junto a ti cada noche, cuando abrazabas mi vejiga y me despertabas de golpe.

Extraño la complicidad que tuve contigo, ya que todo el tiempo eras sólo mío.

Extraño mucho a esa regordeta panza, que siempre sobaba con tanta esperanza.

Extraño sin duda esa dulce espera,
cuando mi corazón te arrullaba de la forma más tierna.

Ahora mi panza ya se ha ido, pero soy más feliz al tenerte conmigo.

La vida me trajo a un maravilloso hijo, al que siempre agradezco en lo que me ha convertido.