Cambio de estación

Por fin llegó la primavera!! Bueno, técnicamente empezó en marzo, pero apenas en abril se comenzó a sentir en la ciudad donde actualmente vivimos. Ya podemos salir a caminar con Leo por la calle, o al jardín para que vea la naturaleza que tenemos a nuestro alrededor, ya puedo ver que le están saliendo hojas a los árboles que quedaron vacíos en invierno y comenzaron a aparecer algunas flores en los jardines de los vecinos.

Con este cambio yo también necesitaba el mío, quizás no un cambio muy radical pero sí una pequeña refrescada a mi nuevo yo, mi yo mamá. Por fin después de casi 9 meses fui a una estética para un muy necesario corte de cabello y tinte. La última vez que hice algo en mi cabello fue en julio del 2016, justo para prepararme para mi baby shower, y por recomendación de mi ginecóloga debía teñirme mi cabello sólo dos veces durante todo el embarazo, así que esa fue mi segunda y última.

Era algo que ya me urgía, de verdad lo necesitaba! Mi cabello ya se estaba llenando de canas, por herencia de mis padres las tengo desde ahorita, ya mi cabello no tenía forma y no encontraba cómo peinarlo, sin mencionar que hace unas semanas comenzó la tremenda caída de cabello propia del postparto (estoy un poco asustada al respecto).



Recuerdo que en mi primer mes de haber nacido Leo, una amiga me recomendó que debía hacer algo para mí para sentirme mejor, como cortarme el cabello por ejemplo, esto porque en ese entonces yo estaba muy sensible (gracias hormonas!) y cansada. Cuando ella me dio este consejo se lo agradecí, pero realmente me quedé pensando: a qué hora quiere que salga de mi casa para ir a un salón de belleza? Leo me absorbía totalmente, apenas encontraba tiempo para bañarme o comer; me era imposible pensar que podía salir sola. 

Quizás para otras mamás es fácil volver a un ritmo de vida más cercano al que tenían antes o logran adaptar su nuevo rol de mamá sin tantas complicaciones. Para mí, era y sigue siendo aún un reto; Leo sigue siendo muy demandante y es difícil tener tiempo para mí durante el día.

Pero como mencioné al inicio, la primavera está aquí y con ella se nos abren un mundo de posibilidades.

Así que el sábado pasado por fin logré poner una cita en el salón de belleza y dejar a Leo con mi marido. Estuve solo dos horas fuera, y no me juzguen, pero aunque amo a mi bebé y me hace sonreír a diario, sentí que el tiempo fuera pasó muy rápido, me hicieron falta más horas!! jajaja. Lo tenía que confesar. Pero bueno, ya empecé por algo.

Ese día regresé sintiéndome mejor conmigo misma, no es que la apariencia sea algo que considere primordial, pero vaya que me hacía falta! Por mí misma, por sentirme otra vez más yo, por verme en el espejo y gustarme, porque disfruté que me dieran un pequeño masaje en mi cabeza al aplicar el shampoo sin tener que estar al pendiente de si Leo estaba llorando.

Mi amiga tenía razón, el momento en que lo recomendó era complicado, pero al final una tiene que darse esos momentos para una misma. Soy nueva mamá y francamente me gusta este nuevo lado que he visto en mi: mas fuerte, más paciente, más tierno, con mayor capacidad de asombro. Pero no por eso debo dejar atrás a la antigua yo; debo ponerme más atención para ser una mejor persona para Leo.



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