Hoy cumplo 3 meses de ser mamá

En este último mes han pasado cosas que me dejan más y más claro la gran responsabilidad que conlleva ser mamá; no es que no lo supiera o lo considerara algo fácil, pero van ocurriendo cosas con las que te das cuenta que tienes una vida en tus manos, literalmente.







Justamente hoy hace una semana estábamos en la sala de urgencias pues Leo traía mucha tos con flemas y notamos que comenzó a batallar para respirar. La noche anterior descubrí una nueva clase de cansancio: la de una noche con tu bebé enfermo. Cualquier tosecita o mínimo ruido era motivo para saltar de la cama y ver que Leo estaba bien. Nada genera más impotencia que ver la cara de tu hijo sintiéndose mal sin que tú puedas ayudarlo mucho.
Miré cómo las enfermeras succionaban moquitos de mi bebé mientras el lloraba histérico, aprendí cómo se sacan rayos X de bebés ( es en un tubo transparente llamado Pigg-O-Stat, se ve chistosito y tierno pero aaah como sufrió también ahí); ya casi domino el arte de usar un saca mocos en una criatura que se mueve como lombriz y saca fuerza no se de dónde! (de esos saca mocos en donde uno succiona con su boca por una manguerita), y hasta aprendí por fin lo que es nebulizar (ya supe que es completamente diferente a un humificador).
Pero también aprendí lo feliz y tranquila que me puedo sentir al ver a un bebé dormido con una respiración tranquila y sin ruidos (justamente ahorita lo estoy viendo dormir plácidamente después de varias noches pesadas).

Regularmente no soy una persona valiente, me dan cosa varias situaciones, pero en este tiempo y con todo lo que ha pasado me di cuenta de que la valentía sale porque sale. Este último mes creo que no ha sido fácil para Leo tampoco, aparte de todo lo anterior también le tocaron las vacunas de los dos meses; sé que no estaba en peligro mi hijo y no es algo grave, pero sabía que sería un mar de llanto cuando lo inyectaran; pensé que le dejaría a mi esposo la tarea de cargar a Leo mientras esto pasaba para así no tener que ver a mi bebito sufrir (cuando llevamos a nuestros perros al veterinario dejaba que mi marido estuviera junto con ellos pues yo sufría al verlos asustados). Pero no, esta vez no me iba a quedar atrás viendo todo, yo tenía que estar con Leo a su lado aunque no pudiera hacer mucho, no podía alejarme de eso y definitivamente nunca lo haré. Y que feo se siente verlo llorar tanto!! Pero estuve a su ladito con su manita agarrando mi dedo. El sobrevivió y yo también.

Aprendí a que a veces tendré que ver sufrir a mi bebé y no podré hacer mucho para evitarlo. Que cosa tan más difícil! Nada más pude acordarme de cuando mi hermana era bebé y tenía temperaturas muy altas, tanto que llegó a convulsionarse; cómo pudo mi mamá con eso???

Aprendí que el bebé no para, 24/7 necesita de ti y no importa nada más. Tuve una leve migraña un fin de semana en que mi esposo tenía gripe y no podía encargarse de Leo; ese día me sentía cansada, y en el pasado hubiera estado todo el día acostada tratando de dormir, pero ya no podía! Estaba la cría necesitando de cuidados. Lo curioso es que también sobreviví a eso, y no es que me sintiera mamá luchona lomo plateado jaja, pero aprendes a ignorar un poco tu malestar porque sabes que tienes que seguirle.

Aprendí que a los bebés no sólo les llama la atención la música, sino que también puede calmarlos y en la mayor parte del tiempo tu voz cantando es lo que más logra relajarlos, cosa que es mala suerte para Leo pues su madre nunca canta, es desafinada y una de sus debilidades es que no logra aprenderse las letras de canciones, de ninguna! No importa si es mi canción favorita de todos los tiempos, no me la grabaré. 
Pero en uno de los tantos llantos de mi cría pues tuve que cantar, "Witzy Witzy araña" salvó mi trasero! Es lo más que pude hacer, pero ahora es NUESTRA canción jajaja (cada vez que lo nebulizo sobre mis piernas se la canto y se queda tranquilo). Y lo curioso es que cuando comienzas a cantarle a tu bebé abres la caja de Pandora y ya no puedes parar: le canto casi todo, si lo quiero chulear lo digo como canción, al estar jugando con él, etc etc..

Este mes me di cuenta de algo: mi bebé si me quiere!! O al menos le caigo bien. El día de mi migraña acosté a Leo en su cama para por fin dormir los dos, pero no! Mi hijo tenía otro plan: llorar y llorar. Ni la maldita araña de mi canción logró calmarlo un poco. En mi desesperación traté algo: le hablé de forma directa y le pedí de paro a mi hijo que me diera una hora se sueño, le dije que me sentía mal y que estaría dormida a un lado de su cama. Coincidencia o milagro, pero él se me quedo viendo fijamente y después se acomodó y se quedó dormido por 2 maravillosas horas.
Creo que también aprendí que los bebés entienden más de lo que pensamos.

Me di cuenta también de que al tener un bebé sientes empatía por todos los demás bebés. Ya sea en un programa o en la vida real, si ves a un bebito sufriendo lo sientes como el sufrimiento de tu hijo, ves su carita reflejada en los demás niños.






Aprendí que nunca debes despertar a un bebé que está durmiendo, si no es absolutamente necesario evítalo, si no te lo hará pagar con creces.

Por primera vez logré tener en el congelador un respetable stock de leche congelada. Por fin estaremos juntos por horas mi amado: Target. Pronto me reencontraré contigo a solas mientras el papá y el bebé se hacen bolas, yo ya dejé comida en el refri! 

Aprendí que las carreolas tienen frenos. Ahí me ven como tonta deteniendo el carrito con la cadera en una bajadita hasta que mi marido me mostró cómo detenerlo con los frenos. Pero bueno, era la primera vez que paseaba a un bebé en carreola.

Aprendí que las uñas de los bebés crecen impresionantemente rápido! Pero si se las corté hace 3 días, por qué trae ese rasguño en su cachete??

Conforme ha pasado el tiempo he aprendido a hacer que las cosas funcionen un poco mejor, con esto dicho puedo decir que estoy agradecida por las sillitas vibradoras! Con eso me llevo a Leo a la cocina y lo dejo en su sillita en el piso mientras hago mi desayuno, después pongo la sillita sobre el sillón a mi lado mientras vemos tele juntos y como rápido.

Aprendí que siempre debo elegir mamelucos de zipper!! Intentar cerrar brochecitos mientras el bebé se mueve como loco, o peor aún, mientras llora histérico no está nada chilo.

Este mes decidí que lo más sano para mi salud mental era bañarme con la puerta abierta del baño; al entrar a la regadera comienza una paranoia que no conocía dónde crees oír llanto de bebé pero realmente no es nada, así que para estar segura mejor hago esto.

Tengo que admitir, en las mañanas por más cansada que me siento y le ruego a Leo para que durmamos otro ratito, en el momento en que empieza a hacer sus burucas y me sonríe me pone de buenas y me hace despertar.

Siendo sincera, estoy sorprendida de como va aumentando día a día lo mucho que quieres a esa nueva personita y lo menos que te va importando la carrilla que te pone. 

Todavía me falta muchísimo por aprender, apenas llevo 3 meses de ser mamá.

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